“Cómo puede ayudarme el coaching en tiempo de crisis e incertidumbre”. | Por Mar Molina |

“Cómo puede ayudarme el coaching en tiempo de crisis e incertidumbre”. | Por Mar Molina | 

Docente del PACE y Directora de CECE (EL MODELO GESTÁLTICO EN EL COACHING EJECUTIVO).

Cómo puede ayudarme el coaching en tiempo de crisis e incertidumbre

La actual situación de pandemia a raíz de la COVID-19 ha generado cambios profundos en nuestros hábitos de vida afectando nuestro entorno personal y profesional.  El horizonte de resolución todavía se antoja lejano y, mientras tanto, es difícil prever cuánto más va a cambiar nuestra sociedad y si estos cambios han venido o no para quedarse alterando nuestra manera cotidiana de enfrentar nuestra vida diaria. En esta especie de “nueva normalidad”, como ha venido a denominarse a la realidad cotidiana en tiempos de COVID, todo parece poco normal. Las mascarillas forman ahora parte de nuestro atuendo, y con ellas hemos perdido parte de nuestra expresividad dificultando la comunicación y el contacto con los otros. Ya no nos saludamos, no nos tocamos y nos evitamos unos a otros en aras a mantener esa distancia mínima de seguridad.

¿Cómo nos está afectando todo esto a nivel social y emocional? ¿Qué repercusiones tendrá a medio y largo plazo en nuestra salud mental?

Aún es pronto para tener indicadores en este sentido, lo que es claro es que, a día de hoy, los niveles de estrés y ansiedad en población sana están disparándose de un modo alarmante.

Y es que, unido a estos cambios a nivel social que la crisis sanitaria ha impuesto, no debemos perder de vista las grandes dificultades que el tejido empresarial está enfrentando. Son muchos los sectores afectados y demasiados los empresarios, autónomos y emprendedores que han tenido que cesar su actividad o se encuentran ahora mismo con serios problemas de viabilidad de sus negocios.

Frente a esta realidad adversa, con un entorno profesional en muchas ocasiones con dificultades y una situación personal con retos complejos por resolver, es frecuente experimentar estados de ánimo negativos y en ocasiones sentir ansiedad, miedo, desánimo o frustración. Aquellos de nosotros que aceptemos que independientemente de cómo sea nuestro entorno, nuestra responsabilidad pasa por hacernos cargo de nosotros mismos e influir sobre aquello que depende de uno, estaremos convirtiéndonos en personas resilientes capaces de salir reforzados de esta crisis.  En este sentido, es necesario conectar con nuestras estrategias de auto cuidado: mantener hábitos saludables de sueño y alimentación, algo de ejercicio físico y, por supuesto, cuidar lo que pensamos y sentimos.

La realidad es que, en ocasiones, todos necesitamos algo de “ayuda extra” para mantener nuestro compromiso interno de cuidar de nosotros mismos para afrontar con mayor garantía de éxito las situaciones difíciles. Es aquí donde el coaching puede convertirse en el aliado perfecto para ayudarnos a transitar este tipo de circunstancias. Por supuesto, los psicólogos y terapeutas hacen una maravillosa función a la hora de atender, sostener y acompañar a aquellas personas que requieren un trabajo más profundo de toma de conciencia y gestión de esas emociones que emergen y que amenazan con desbordarnos. Un coach nunca puede sustituir la labor de un psicólogo, ambos profesionales intervienen en ámbitos diferenciados, por mucho que el “objeto de trabajo” sea el mismo: la persona.

El coaching, tal y como lo entendemos desde la asociación española de coaching ejecutivo y organizativo (AECOP), se ocupa del desarrollo profesional del cliente. El coaching, en un sentido más global, implica un desarrollo de la persona. Desde este punto de vista, el coach es aquel profesional que te ayuda a marcarte objetivos, te brinda herramientas que te permitan la toma de conciencia sobre dónde te encuentras y a dónde te gustaría llegar, te acompaña en el descubrimiento de tus opciones o alternativas de acción y favorece y refuerza el compromiso que has de adquirir contigo mismo para que logres lo que te has propuesto. El coach te empuja para que avances y te sostiene si encuentras obstáculos en tu camino. Te alienta a seguir y te ofrece comprensión si no lo logras en el plazo que te habías marcado. Cree en ti, porque cree en la fortaleza del ser humano y su tendencia al crecimiento. Y Celebrará contigo tus éxitos con la clara convicción de que los mereces y te corresponden.

¿Cuán útil pude ser disponer de un tiempo y un espacio para dedicárnoslo a uno mismo con el acompañamiento de otra persona que sin juzgarme, me impulse?

Dicen que el coaching funciona, a pesar de los coaches, porque desde el momento en que mi energía y atención se enfocan en atenderme y marcarme objetivos, en la medida en que me comprometo conmigo mismo, ya estoy poniendo en marcha los mecanismos internos que facilitarán la consecución de esos objetivos. Poner en marcha es fundamental, poner en marcha implica acción, movimiento. No hay coaching sin acción. La reflexión que generamos desde una conversación de coaching, debe ir acompañada de algún tipo de movimiento que implique un cambio conductual.

Uno de nuestros mayores retos en estos momentos, será no solo “sobrevivir” a esta pandemia, sino hacerlo de un modo sostenible y con el menor coste posible a nivel personal y profesional. Y, si es posible, salir reforzados y más fuertes de esta situación. Para ello se hace imprescindible mirar hacía dentro de uno mismo y comprometernos con nuestro bienestar.

El coaching, hablar con un coach o mantener una actitud de coaching para con uno mismo, me parece una valiosa herramienta para enfocarnos en lo que queremos y mantener la motivación necesaria para lograrlo.

Fuente: Mar Molina. Directora de CECE y Docente del PACE