• La competencia de ser coach ejecutivo y coachee: aprendizaje continuo y desarrollo personal.
  • La competencia de mejora en la comunicación: asertividad, escucha activa, feedback, preguntas y comunicación no verbal.
  • La competencia de evaluación y análisis abstracto: inteligencia abstracta, consideración global y holística de los casos, intervenciones multidisciplinares, el ser humano como un todo, planteamiento sistémico de la intervención.
  • La competencia de orientación al logro y al negocio de modo estratégico y operativo: no se pierde nunca de vista la perspectiva de la empresa, su orientación al negocio, el concepto de productividad, eficiencia y eficacia equilibrándolo con la mejora personal y el compromiso y la satisfacción laboral.
  • La competencia de la ética y orientación al cliente: la perspectiva de buenas prácticas que orientan desde AECOP y la EMCC y que en todo momento se alinean con la orientación al cliente desde la integridad, el respeto y la consideración humana.