
«LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO» Por Alain Manzano.
Docente del PACE Módulo Profesional (El modelo de la PNL en el Coaching Ejecutivo).
LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO, es el título del décimo segundo libro del filósofo surcoreano Byung-Chul Han. Un libro donde pone de manifiesto un nuevo paradigma crítico: el concepto de autoexploración en una nueva sociedad de rendimiento que produce fracasados y deprimidos por no estar «a la altura». |
Desde el primer capítulo, Han empieza a acercarnos a su tesis con la perspectiva de los diferentes cambios de enfermedades emblemáticas de cada época, entendiendo que, una vez llegada a su fin la época bacterial, nos encontraríamos en el siglo XXI con nuevas enfermedades que no son infecciosas sino de tipo neuronal.[1] Han dice que estas enfermedades son infartos ocasionados no por la «negatividad de lo otro inmunológico», sino por exceso de positividad. Para Han el exceso de positividad, –al contrario de lo que se produce cuando se repele o se choca contra la negatividad del otro (con cualquier técnica inmunológica)–, al no encontrar ningún intruso ni extraño, se instala. El ataque y la defensa, que son determinantes en la inmunología, establecen un orden biológico en base a la división; entre lo que es adentro y afuera, lo propio de lo extraño, y que, a causa de su otredad, debe ser eliminado o excluido, puesto que la otredad es la categoría fundamental de la inmunología.
Han, sigue avanzando en su premisa con esta idea del excesivo positivismo, que además, cambia el paradigma, pues al ser un sistema dominado por la sobreabundancia de lo idéntico, no tiene sentido que el sujeto fortalezca las defensas del organismo, de este modo, serán el agotamiento, la fatiga y la asfixia las manifestaciones de una nueva forma de violencia inmanente al propio sistema y que él denominará La violencia neuronal. Pero ¿cómo ha entendido Han, que una sociedad ha llegado a este exceso de positividad? Al contrario de la sociedad del siglo XX, que fue una sociedad de la disciplina y de la obediencia –en el que fue inherente una negatividad: la obligación–, la sociedad del siglo XXI, es una sociedad del rendimiento. Una sociedad que, para aumentar la productividad, los sujetos son emprendedores de sí mismos que progresivamente se desprenden de la negatividad con el verbo modal positivo poder.
Según Han, «En relación con el incremento de productividad no se da ninguna ruptura entre el deber y el poder, sino una continuidad».[2] Por ello Han dice que se produce un hombre que se explota a sí mismo, voluntariamente y sin coacción externa. Pero el problema surge cuando el sujeto ya no puede poder más, y entra en la senda de la depresión, al comenzar la guerra consigo mismo tras un bucle destructivo de reproches y de autoagresión. En una sociedad donde Nada es imposible, concluye Han, el sujeto es al mismo tiempo verdugo y víctima.
A partir de aquí, en el tercer capitulo, Han empieza a proponernos un cambio de sentido con tres ideas que están entrelazadas. En primer lugar, dice que los logros culturales de la humanidad, a los que pertenece la filosofía, se deben a una atención profunda y contemplativa. La cultura, sigue diciendo, requiere un entorno en el que sea posible una atención profunda. Por lo tanto, la primera idea de Han es la de proponer abrir espacios para lo que él denomina un aburrimiento profundo, como punto álgido de la relajación espiritual. Esto permite, en contra de la duda moderna cartesiana, el asombro, que es el carácter fundamental ligado a la experiencia del Ser. Con esto, Han profundiza en el proceso de la Vita contemplativa ante la Vita activa, y nos lleva a la segunda idea, que será a través de una Pedagogía del mirar. Han pone como ejemplo al pintor Cézanne, aquél maestro de la atención profunda y contemplativa, que dijo una vez que podía ver el olor de las cosas.[3] Y la tercera idea, que surge del aprender a mirar, para no responder inmediatamente a un impulso, que parafraseando a Nietzsche, nos ayuda a controlar nuestros instintos que inhiben y ponen término a las cosas, de oponerle un No. De esta forma, Han, dice que podemos tener el beneficio de los entre-tiempos en un mundo muy pobre en interrupciones.
Llegados a este punto, Byung-Chul Han realiza una hipérbole para volver a su tesis principal, y para ello, utiliza el relato de Melville: Bartleby, que, mediante una analogía –desde el punto de vista de una lectura patológica–, nos habla sobre el trabajo inhumano en el mundo de Wall Street, donde todos los asistentes del bufete sufren transtornos neuróticos, y como en el polo opuesto se encuentra Bartleby, enmudecido y petrificado. Lo que a Bartleby le enferma, dice Han, no es el exceso de positividad o posibilidad, sino la falta de referencia de sí mismo. Muere porque carece de mundo.
La historia de Bartleby, concluye Han, es una historia del agotamiento.
En esta elíptica narrativa, Han finaliza su tesis sobre una sociedad que se basa en el rendimiento y la auto-explotación, denominándola La sociedad del cansancio, título del último capítulo que da nombre al libro. Una sociedad que se está convirtiendo, poco a poco, en una sociedad de dopaje que provoca el infarto del alma. Han, de forma contundente, afirma que el cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio que aísla y divide, como sucede en el caso de Bartleby. Según Han, estos cansancios son violencia porque destruyen la comunidad, toda cercanía e incluso, dice, el lenguaje. Un cansancio que aniquila al mundo.
Por lo tanto, Han nos presenta una tesis que sostiene: por un lado, que nos encontramos en una sociedad enferma y autista por No poder-poder. Una sociedad de obediencia que ha pasado a ser una sociedad del rendimiento, donde el sujeto es su propio esclavo. Y por otro lado, y a consecuencia de lo anterior, una sociedad del cansancio que por exceso de positividad y la falta de negatividad de lo otro inmunológico, genera sujetos con enfermedades neurológicas; fatiga, agotamiento, depresión, TDAH, etc., etc.
Podríamos concluir, a modo de metáfora, con el título del prólogo del libro de Han: El Prometeo cansado, donde haciendo un paralelismo del mito en la sociedad actual, el sujeto, creyéndose libre, sigue igualmente encadenado en una relación consigo mismo.
[1] Enfermedades neuronales como la Depresión, el Transtorno Límite de la Personalidad (TLP) o el Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) definen el panorama patológico de comienzos del siglo XXI. En Han, Byung-Chul. «La sociedad del cansancio». Barcelona: Herder, 2012. p.11.
[2] Han, Byung-Chul. «La sociedad del cansancio». Barcelona: Herder, 2012. p.28.
[3] Ibid., p. 38.
Fuente: Alain Manzano Guerrero. Docente del PACE Módulo Profesional (EL MODELO DE LA PNL EN EL COACHING EJECUTIVO) (www.alainmanzano.es)